Los lentes de contacto descartables o desechables, son una opción conveniente y práctica para la corrección visual, diseñados para usarse durante un período limitado antes de ser reemplazados. Existen principalmente tres tipos:

Lentes de contacto diarios: se usan durante un solo día y se desechan al final del su uso. No requieren limpieza ni almacenamiento, lo que reduce el riesgo de infecciones y facilita la rutina de cuidado ocular, ideal si solo se necesitan lentes de contacto para eventos o salidas poco frecuentes.

Lentes de contacto quincenales: se emplea para personas con un uso más frecuente pero que desean continuar con minimizar cualquier problema causado por daños deficiencia higiénica, limpiándose adecuadamente y almacenándose como un lente mensual.

Lentes de contacto mensuales: diseñados para usarse durante un mes o hasta un periodo prolongado, estos lentes deben limpiarse y almacenarse adecuadamente cada noche. Son ideales para quienes prefieren un uso más prolongado antes de reemplazarlos, ideal para quienes desean sustituir sus gafas todos los días. Aquí también podemos encontrar los materiales más recientes como el caso de los de hidrogel de silicona.

Las ventajas de los lentes descartables en cuanto a higiene es la principal, al desecharse regularmente, se minimiza el riesgo de acumulación de depósitos y bacterias, reduciendo el riesgo de infecciones oculares.

Otra ventaja es la comodidad y conveniencia: los lentes descartables eliminan la necesidad de soluciones de limpieza más agresivas, facilitando su uso y mantenimiento gracias a las diferencias opciones creadas depende del entorno donde nos desenvolvemos a diario.

Versatilidad: Disponibles en diferentes tipos, como para miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia, y también en versiones que permiten el uso ocasional de lentes de colores.